Una solución a la espera de ganar popularidad

En realidad los cargadores inalámbricos lo son solo en parte, claro. Necesitaremos conectarlos a un enchufe para que las tecnologías de carga por inducción funcionen de la forma debida. El proceso es relativamente sencillo, y consiste en el uso de un campo electromagnético para transferir energía entre dos objetos.

Cargapma

El sistema tiene grandes ventajas que desde luego aportan comodidad a todo el proceso, pero también tiene algún inconveniente. El principal es su eficiencia, sensiblemente inferior a la que tienen los mecanismos de carga alámbrica. Estos sistemas hacen que nuestros dispositivos tarden bastante más en cargarse, y tenemos un buen ejemplo en nuestro reciente análisis del Samsung Galaxy S6: con el cargador de corriente con cable tardamos 70 minutos en alcanzar la carga máxima, mientras que con el cargador inalámbrico ese tiempo se fue a los 152 minutos, algo más del doble.

Un mercado aún en pleno desarrollo

La existencia de todas estas alternativas y de distintos modos de carga hace que la industria tampoco acabe de decidirse sobre la opción más adecuada.No hay solución perfecta para este tipo de aplicación, y en realidad cada una de las propuestas disponibles tiene sus ventajas y sus desventajas. No solo eso: varias de las alternativas han sido presentadas recientemente y no queda clara si la industria apostará por dichas opciones a la vista de estándares ya más maduros.

Samsung Qi